¿YA SABES SI TE PESA MÁS EL IZQUIERDO O EL DERECHO? ESO TE AFECTA PARA ESCRIBIR BIEN

Sí, somos asimétricos. Y pretendemos escribir bien.

Tenemos que conocernos un poquito, ¿no?

Y mi pregunta es: ¿ya sabes cuál te pesa más, el izquierdo o el derecho?

Vale, no lo sabes, pero te puedo dar unas pistas para que lo averigües.

Primero te cuento de qué estamos hablando, para que no haya confusiones. Y luego te voy a contar cómo descubrir si tienes sobrepeso en uno de los dos.

¡Vamos allá!

El otro día le dije a una persona: tienes sobrepeso del derecho. Y se quedó pasmada.

¿Y tú cómo sabes eso?

Porque se ve.

¿Y cómo lo ves?

Ahora te lo cuento. Porque, una vez lo entiendas, te será fácil detectar los sobrepesos; y lo más importante: te será fácil compensar los desequilibrios.

Escribir bien, cuál te pesa más?

De entrada, aclaremos de que hablo, porque tu mente ya ha realizado varias incursiones por distintos territorios, preguntándose: ¿habla de hombros? ¿de brazos? ¿de omóplatos? ¿de dedos meñiques? ¿de pies? ¿de tobillos? ¿de glúteos? ¿de pechos? ¿de ojos? ¿de ovarios o de testículos? ¿o, en realidad, está hablando de lóbulos auriculares o de pulmones?

Pues, de nada de eso. Hablo de hemisferios cerebrales.

Y si quieres escribir bien, sigue leyendo porque lo que voy a contarte te interesa y mucho.
Y sí, le dije: tienes sobrepeso del derecho. Y se lo dije porque todo lo que me contaba, todo su funcionamiento era absolutamente típico del hemisferio derecho.

¿Y podemos escribir bien teniendo sobrepeso de un hemisferio?

No. Igual que el resto de nuestra vida que también se descompensa. Eso conlleva que hay funciones que no se realizan, que tenemos exceso de una parte y carencia de otra.

Y el resultado final es que no llegan los resultados. Porque, para que haya resultados, tiene que haber una cierta simetría de los dos hemisferios. Y eso vale tanto para escribir bien como para otros proyectos.

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Hay que saber cómo poner a los dos hemisferios en funcionamiento, y hay que saber detener al que quiere actuar cuando no es su momento.

Y hay que aprender a permitir, invitar o incluso exigir al que necesitas que tome el protagonismo a que lo haga; aunque no sea el predominante en ti.
Tienes que reforzar al que está en minus y frenar al que está en exceso para compensar.

¿CÓMO SABER CUÁL TE PESA MÁS?

Ahora sí voy al meollo de la cuestión y te responderé a la pregunta.

Primero, quiero aclarar que no es que seamos de derechas o de izquierdas en cuestión cerebral como única opción.

En realidad, nos funcionan los dos lados, y están muy bien integrados por ese haz de fibras nerviosas llamada cuerpo calloso que, dicho sea de paso, las mujeres lo tenemos más grande que los hombres. Venga, mi pequeña cuota de feminismo semanal. Animo a los masculinos a desarrollar su cuerpo calloso… ¡se puede!

Si tú te observas en tus actividades y en tus pensamientos y descubres que tu tendencia es a dispersarte, a tener mil ideas, te gustan los colores, te atrapa un sonido musical, te distraes con cualquier cosa, una idea se enlaza con la otra y vuelan juntas hasta el infinito, recogiendo flores de las nubes…

Si te encanta la poesía, te sobrecoges ante una puesta de sol, ante un cachorro o ante la belleza en cualquiera de sus manifestaciones…

Si se te cuelan las músicas en tu mente y te acompañan allá donde estés, si andas bailando…

Mientras estés en estos momentos y en otros parecidos: predominio del hemisferio derecho.

Si estás calculando, ordenando, sean objetos físicos o en tu mente, organizando espacios, estructurando ideas, contando las baldosas del suelo, las sillas o los asistentes a una conferencia…

Si de lo que te llega te quedas con la estructura y la poesía te resbala, vaya que ni la has escuchado, solo datos y cifras son lo importante para ti, entonces: sobrepeso del izquierdo.

¡Y para escribir bien, hay que compensar! Está claro.

Y para hacer otras cosas bien, lo mismo.

MÉTODO PARA COMPENSAR SOBREPESOS

Primero detectas cuál es más predominante en ti o en qué momentos predomina uno y en cuáles el otro. Y luego tendrás que encontrar estrategias para aprender a pasar del uno al otro y compensar desequilibrios.

Si solo produces y produces ideas, pero no eres capaz de ordenarlas y de llevarlas a la acción, no puedes ni decir que seas una persona muy creativa. Simplemente tienes un sobrepeso del derecho y la creatividad no va a llegar, porque no vas a conseguir realizar nada.

Una hemorragia de ideas no te va a llevar a escribir bien, será solo eso: un montón de ideas.

Si solo ordenas de forma obsesiva en tu mente ideas y datos, una y otra vez los mismos, como si tuvieras la misión sagrada de comprobar en qué orden quedan mejor, pero te sientes incapaz de producir ninguna idea nueva, ni de relacionarlas de otras maneras que no sean las que ya están establecidas; si no eres capaz de saltarte ninguna norma, si 2 y 2 son 4 y no cabe en tu cabeza la posibilidad de que quizás puedan dar 22 o cero… entonces, sobrepeso del izquierdo.

Y sí, lo has adivinado, tampoco vas a tener creatividad, porque no vas a llegar a conseguir objetivos finales. Y tampoco vas a conseguir tu objetivo de escribir bien, ya que en tus textos va a faltar la frescura que aportan las nuevas ideas.

Escribir bien, bicis en fila

Obsérvate. Descubre cuál es tu sobrepeso y compensa.

¿Cómo?

Fácil, busca actividades del hemisferio antagonista al que predomina en ti y procura compensar.

GIMNASIA MENTAL

Cuando inicies una actividad, sea escribir o cualquier otra, recuerda que la fase de explosión de ideas es una, pero que si estas ideas no se ordenan y no se acaban redactando (en otro proyecto sería que no se acaban realizando), no vas a tener nada más que ideas flotando, que al final se aburren y se van.

Y eso no te va a llevar a escribir bien.

Y si solo cuentas baldosas, vamos mal.

Levanta la mirada y déjala perderse por una nube, por un cuadro o una foto, o descánsala en unos ojos de bella expresión. Deja que tu izquierdo descanse y dale alas al derecho.

Es como una gimnasia, verás que en cuanto le pilles el tranquillo te divierte darte cuenta de cómo puedes pasar de un hemisferio a otro a voluntad y con la consciencia de dónde te encuentras en cada momento.

Porque dejémonos de historias: Los dos son necesarios, pero tener sobrepeso de uno cuando estamos en actividades propias del otro es un freno, un bloqueo y te impide llegar a tu objetivo.

¿Ya sabes ahora cuál te pesa más?

Pues, cuéntamelo. Dime cómo lo has sabido, en qué actividades o pasividades te has descubierto para llegar a esta conclusión y qué piensas hacer para compensarlo.

Déjalo aquí debajo en los comentarios y que se llenen de ideas para todos.